Thursday, May 19, 2005

Bloglita y mis amigas sexys (2/2)

[..] Decidí ascender a la azotea y entrar al patio interior. La ropa se acumulaba en las cuerdas de tender, como una tela de araña llena de insectos atrapados. Mi habilidad me permitió esquivar acrobáticamente cada uno de los obstáculos, e inspeccionar el vecindario. Os diré que no encontré a mi lolita. Me disponía a irme cuando percibí un sonido de teclado en lo más profundo de la planta baja. Me asomé a la oscura habitación. Dos ojos somnolientos, cansados, se fijaron en mi pequeño ser. -Pajarito, ven aquí... -fueron las palabras graves que salieron de sus labios rotos por el tabaco-. Los gorriones tenemos la habilidad de inspirar ternura en aquellos que nos miran. Incluso en un ser tan abandonado como aquel. Me ofreció un mendrugo de pan sobrante del bocadillo de media mañana. Obviamente no me acerqué. Pero seguí observando, con atención de gorrión, la estancia donde me encontraba. La falta de limpieza se acumulaba a la par que el inumerable número de revistas pornográficas, nacionales y extranjeras. Estaba en casa de un degenerado. Mi mirada se clavó de repente en varios recortes de revista pinchados en la pared. Hablaban de Bloglita, de su historia, de varios premios de audiencia... Mi Bloglita era un humano macho de 50 años que se metía en la piel de una adolescente a través de la red. Y sin embargo, nadie lo hubiera sospechado leyendo sus relatos. Me lanzó un pedazo de pan hasta el alfeizar de la ventana. Lo cogí con el pico y emprendí el vuelo. Tenía la impresión de que pronto volvería a coincidir con Bloglita.

Bloglita y mis amigas sexys (1/2)

Navegando por el "cyber"-espacio (para no confundirlo con el "espacio espacial" que envuelve a mi satélite) puedes encontrarte diarios tiernos como madalenas recién sacadas del horno pero también lugares picantes como el mejor jalapeño. No me refiero a los crudos rincones creados exclusivamente para humanos adultos. Y antesdeayer me entró la curiosidad por conocer en persona a alguna de las hembras que difunden sus confesiones más íntimas por internet en un intento por captar la atención del género masculino. ¿No sería mejor buscar un gorrión hembra que escriba? Eso me daría mucho más morbo... Pero ya veis...
Desafortunadamente no conozco ningún otro gorrión, ni hembra ni macho, que se dedique a la misma afición que yo. Así que me fije en el portal de una amiga escritora, llamada "Bloglita". Allí describía cómo, a su corta edad, imaginaba inusitadas fantasías sexuales que luego ponía en práctica con sus conquistas. Para sus escasos 17 años, la calidad literaria de sus relatos era sobresaliente.
Tras localizar su dirección IP, y desbaratar algún que otro servidor privado, pude averiguar la zona desde donde escribía "Bloglita". El apartamento distaba no más de 100 mts del puente de Vallecas de la capital. El bloque era viejo, desconchado y mugriento. Reboloteé por las ventanas y exteriores, pero no pude encontrar ningún cuarto con decoración adolescente que pudiera pertenecer a Bloglita. [..]